El bíceps femoral es un músculo muy mencionado en la actividad física y con cualquier objetivo a desarrollar por los practicantes deportivos.
Tortora y Derrickson (2006) desatacan la importancia de este músculo, que se sitúa en la parte posterior del muslo y su función es extensor de cadera y flexor de rodilla. Al tratarse de un músculo biarticular y tener una morfología singular sufre, en muchas ocasiones lesiones, que van a dificultar la práctica deportiva.
Como explican Nerín Ballabriga, Villarroya Aparicio, Marco Sanz y oros García (2004) y
Lahuerta Izquierdo (2012), el bíceps femoral tiene mayor activación en el contacto del talón
para extender la cadera y en la estabilización de la rodilla, en el final de la oscilación controlan la flexión de cadera y frenan el lanzamiento inercial de la pierna para controlar el nuevo contacto en el suelo. Estos autores están especializados en atletismo; como la marcha es común a muchos deportes, es buen punto de partida para tratar de comprender la
complejidad de este músculo, ya que interviene de distintas formas en varios momentos de la carrera.
En los deportes acíclicos, como fútbol, pádel, baloncesto, voleibol, rugby, floorball
etc., la importancia de este músculo se agiganta por el gran número de aceleraciones y
desaceleraciones que provoca esta modalidad deportiva.
Farfán, Gaete, Olivé y Rodríguez Baeza (2020) señalan que la lesión de la cabeza larga del
bíceps femoral se produce por un estiramiento muy fuerte. La experiencia en los años, indica
que en el momento que el bíceps femoral trabaja de manera excéntrica en la carrera, en los
saltos, y en el trabajo de fuerza excéntrica, provoca un aumento del índice de lesiones, si no se gestiona bien las cargas de este tipo de esfuerzo.
Las roturas en el bíceps femoral (tanto parciales como totales), son muy comunes, señalan
Noya y Silero (2012) que las roturas musculares en el bíceps femoral son las lesiones que
mayor incidencia tienen en el fútbol profesional en la temporada 08-09.
Al igual que Lahuerta Izquierdo (2012), el entrenamiento de fuerza para la mejora de los
niveles de carrera, hace que haya mejores valores en la carrera de corta-media-larga distancias de carrera.
Al realizar la mayoría de la actividad profesional en deportes de equipos, el entrenamiento de
la fuerza, mejora los valores de rendimiento y reduce las lesiones musculares.
Por eso se defiende, un entrenamiento de fuerza individualizado, y adaptado al nivel y los
objetivos de los/las deportistas y su disciplina deportiva.
Bibliografía:
-Farfán-C, E., Gaete, M., Olivé-V, R. y Rodríguez, Baeza, A. (2020). Músculos bíceps femoral y
semitendinoso, relevancia funcional y clínica. International Journal of Morphology, 38(5), 1341-
1349
-Lahuerta Izquierdo, A. (2012) Análisis de la arquitectura y la fuerza muscular en diferentes
especialidades del atletismo. Universidad Castilla León. ISBN 97-84-9910-197-2
-Nerín Ballabriga, S., Villarroya Aparicio, A., Marco Sanz, C. y Moros García, T. (2004). Actividad
eléctrica muscular en la marcha a distintas velocidades y en la carrera. Biomecánica, 12(1), 10-
23
-Noya, J. y Silero, M. (2012). Incidencia lesional en el fútbol profesional a lo largo de una
temporada: días de baja por lesión. Apunts, 47, 115-123
-Tortora, G.J. y Derrickson, B. (2006). Principios de anatomía y fisiología. Ed: Panamericana:
Méjico
